domingo, 9 de junio de 2019

el desvío y el daño



entiendo más los sueños con sus irreproducibles escenas
mitad viento mitad ladrillos que la vida con su lógica pesa-
da y estricta los sueños traen arenales limpios e imposibles
besos con imposibles hombres y cuando me despierto es-
cribo el desvío y el daño

María Malusardi, el desvío y el daño, Editorial Buenos Aires Poetry, Buenos Aires, 2017.

jueves, 6 de junio de 2019

RITORNELOS



6

Un ronco coro de patos sigue la corriente oscura
y en los bordes los álamos silenciosos
desprenden hojas amarillas.

Ahora sí, parece de noche, no sé,
tiempo puro del oscurecer.

Arturo Carrera, Ritornelos, Coedición Audisea y Reflet de Lettres, Buenos Aires, 2018.

domingo, 2 de junio de 2019

El tabernáculo


V

Sí, qué tejado, qué sombra de madera sobre
      el último día.
Cantaba el mar en playas de níquel, el mar
    lleno de sudor,
siempre el mar.


Yo estaba desesperado como si ya no quedara
    otra vida,
como si el mundo fuera plano
y mi sueño estuviera colgado de una pared
llagada.


Sí; el amor, la carne, el triste sueño. Yo no
   quería morir,
no quise llevar una flor transparente sobre el
     hombro pasajero;
dejar de ser un pobre árbol sin jacintos.


(Mañana, cuando esté sereno, todo se me ha
     de volver tonto; yo estoy sordo
de llevar mis ríos a un corredor;
de dirigirme a una frase viviente entre montañas,
a un vaso de café, a una canción, a toda una
     noche sin dormir.


Pero el amor es el amor,
y yo tolero lo que me ayuda a ser diferente:
silencio entre dos hojas, espacio entre los
    hombres.)


Ricardo Molinari, El tabernáculo, Ediciones del Dock, Buenos Aires, 2001.

Dibujo: Federico García Lorca










cuerpos con música de fondo


es sorprendente cómo un paisaje
no es más que un espacio vectorial donde
confluye música de todo tipo
y de golpe vemos algo por todas partes
como una supernova que se manifiesta
en lugares donde antes no se había detectado
nada detiene el encanto de lo que el azar hace con las nubes
o lo que haya hecho en lo que va del año y sin embargo
se respira bajo una cúpula estelar
así un poema
influenciado por la luz que sea, puede ser escrito en una hora
o en mil años por usar un recurso hiperbólico
de algún modo, esto también significa que
para amar se necesita un cuerpo
visible como las frutillas que limpiás ahora en tu cocina
aunque la otra parte del Universo
permanezca oculta.

Rita Kratsman, cuerpos con música de fondo, Ediciones el jardín de las delicias, Buenos Aires, 2019.

domingo, 6 de enero de 2019

Detrás de la cabeza






1. Los hermanos 


Formas

En el interior
habitan otros
y sus memorias

y a veces
uno las sueña

alguna vez
es pesadilla
y el despertar
es el aire fresco
del alivio

algún escombro
del sueño que fue
queda en un rincón
de la vigilia

si decides interrogar
esos objetos
caes en la cuenta
de que ellos devinieron
objetos personales
al ser abandonados
por seres sin rostro
y entonces te preguntas
dónde estuviste
mientras tanta cosa
caía en el olvido.



2. Amores son amores


II


Adios al verano
se escapó
el calor
que persiste
en añoranza

no se alcanza a distinguir
la escala de las cosas
porque el tiempo
las empequeñece
a todas sin distinción

a simple vista
quedaron lejos
uno del otro

uno que lee
y el otro que no

uno que cree que
cuando no hay libro
que guarde el calor
que circula entre dos
el calor se pierde
otro que dice que
lo que sostiene el calor es
la presencia
lectura entre dos.



III


un sentido
de las cosas
está en la belleza
del momento

tus palabras oscilan en el aire
mientras un haz de luz
atraviesa los objetos
detenidos en la mesa

no es amor
hasta que no se entona
una confidencia


IV


empezar el día en otra lengua
así es el comienzo
y la vida entera
pura traducción
de lo inasible

traducir el mundo que duele
mundo de vigilia encarnado
en las últimas partículas del sueño

traducir porque nos hablan
siempre en otra lengua
sueño y vigilia
valijas que se hacen
valijas que se deshacen

inicio y amor
en otra lengua
sin soporte y sin destino.


VII


mi reserva natural
resto de palabras
que sedimentan
cuando se retira la marea
de la banalidad

residuo anclado
en la tierra

ciudad sin restricciones
vida hecha de pequeñas
cosas que se dan una sola vez

vemos con distracción
lo que no volverá

vivimos como amantes
dentro de nuestro propia obra
que va camino
a extraviarse.


3. Detrás de la cabeza



Detrás de la cabeza


La poesía es eso
que está
detrás de la cabeza

todo eso
que no entra
en el formato
cabeza

un gesto inconcluso
de tu padre
que murió hace tanto

una conversación anónima
que llega por azar
justo a tus oídos

el no saber si
te equivocaste
o no

hojas que mudan
estaciones que pasan

y una luz
que al encenderla
al atardecer
te da ganas
de llorar

en un tal vez nosotros

la inflexión de una voz
la palabra que abre
en la piel la herida

pasos que retumban
veloces en la vereda
es tal vez una fuga
o un urgencia
de quien se dirige
a un encuentro


vacilaciones
que anticipan
alguna decepción
o que ponen en duda
tanto arrebato

mirada incompleta
que nada abarca
en la noche
de los sentidos

no hay defensa
para lo que habita
detrás de la cabeza
tan sólo palabras

te sientas en un banco
que dibuja tu sombra
bajo el alumbrado
a riesgo de caer
ante el vértigo
de los cambios

los sentidos entran
en contradicción
y entonces buscas
en el flash
de la fotografía
restablecer
la primacía
de la imagen

no es para alarmarse
lo que no entra
en el formato
cabeza

volverá en la poesía.


Sara Cohen, Detrás de la cabeza, Ediciones Paradiso, Buenos Aires, 2018.

Obra visual: Manuel Valdés

martes, 1 de enero de 2019

Diario




15

Por un ojo-de-artificio es posible percibir la detención del tiempo. En el verano el tiempo se detiene —y se hace diáfano, y se abandona a la expansión de los cuerpos. Ellos están y no existen, borran la conciencia de sí, borran la idea —no es sólo eso placer, no es sólo su persistencia.
     ¿Qué es lo que coincide con la palabra?
     Este verano es una pared de espejos.


17.

    ¿Qué es lo que recomienza? La escritura, deambulando sobre deseos urdidos en escombros de otros deseos, ahora lejanos. Recomienzo la escritura —su placer anárquico, agradable, inflexible en su exigencia. Y al recomenzar me alejo del cumplimiento de esa construcción sobre el cuerpo, que se diluye en sus cortezas.

     Profusión de mínimas acciones, rayos —sin mansedumbre atacan, atraviesan son sus astas negras los aspectos aislados en los sentidos. Lo sensible refugia frutos salvajes (¿tal vez mezquinos?) de cada instante inmediato, o de la inmediatez de los instantes percibidos en medio de gestos, de acciones, no vacíos ni nimios -despojados incluso de lo caduco.


18.

    ¿Qué es lo que recomienzo? —la escritura, la escritura que pretende ser lectura, tamizar con los signos la espesura del mundo. Y el mundo siempre se configura para sus fines,  la contemplación sólo se desarrolla en analogías.
     La escritura como analogía —y no como expresión; construir otra naturaleza sin moral, sin biomas. Entonces eso: una experiencia de abstención y una construcción poética que exhiba su desarrollo como su símbolo, a la vez vacío de referente, vacío de explicaciones, aislado de ideas.


***


15.

    With an artificial eye, It´s possible to see the stopping of time. In summer, time stops, makes itself diaphanous, abandons itself to de expansion of bodies. They ara and they don´t exist, they erase de consciousness of themselves, they erase the idea —it´s not only that pleasure, it´s not only its persistence. 
     What coincides with the word?
     This summer is a wall of mirrors.


17.

    What is it that begins again? Writing, wandering among, warped desires in the ruins of other desires, distant now. I take up writing again —its anarchic, joy, pleasing an inflexible in its demands. And in starting anew I drift away from the completion of that structure above the body, which is dissolved in its shell.

    A profusion of minor actions, rays—without gentleness day attack, with their black horns they traverse the isolated aspects of the senses. The sensible shelters the savage (or maybe miserly?) fruits of each inmediate instants perceived amid gestures and actions, neither empty nor trivial—stripped even of the obsolete.


Liliana Ponce, Diario, Ediciones Señal, NY, 2018.
(traducción:  Michel Martin Shea)

Obra visual: Rufino Tamayo

lunes, 12 de noviembre de 2018

Todavía No Es Verano





Una botella plástica
flota en la órbita
acuática donde respira el ceibo
dulce olor
del limonero cargado
pródigo entre cáscaras
gruesas amarillas. Se mecen
las copas altas
al ritmo de la música electrónica
los vecinos bailan
y gritan.
Quiero el íntimo
silencio del río
su honda paciencia
y ese modo sencillo
de la flor de lavanda.
Cabeza abajo
soy la misma
me sobra plástico
cáscaras orillas
ruido y voces.
Casi en vuelo amarillo
hacia el rosa dulce olor del río
voy ciega.


***


Si entrara
de repente un perro
en este café urbano
de pequeñas mesitas redondas
donde leen prolijamente
señoras y señores de elegante sport
sí de repente
con su pelaje
y su andar sin rumbo
o siguiendo el rumbo de su laberinto
si entrara mareado confundido,
pequeño minotauro
llegando de otro mundo.


***


Viajar en subterráneo nos obliga
a una momentánea intimidad
La anciana mira
recorro lentamente sus arrugas
me mira
ve algo en mí
casi parece próxima
como si fuera a hablarme
callada dice algo
sólo oigo el rumor del tren
bajamos en la misma estación
le piso los talones
se da vuelta y me mira
como si no me conociera
está molesta
le pido disculpas (no sé si me perdona)
nos perdemos
en la ciudad, por una escalera
a la derecha una
otra a la izquierda
para siempre.


***

Corta la manzana
en tajadas finas
la densa fruta roja
se deshace
aguada desdibuja
su esfera luminosa
en tajadas finas
apenas encimadas
en la fuente redonda

No recuerda
cuánta pasión
prodiga en cada tajo


***

Me detuve un instante
bajo el tilo creía recordar
en su mirada aroma.

Las palabras perdían
su importancia
cuando un techo de hojas
crecía en nosotros.


Lola López Mañé, Todavía No Es Verano, Ediciones Los Alamos, Buenos Aires, 2007.


*obra visual: Roberto Aizenberg

domingo, 22 de julio de 2018

Sópola temprar




CUANDO LLEGA ESTA EDAD


Cuando llega esta edad, los hombres salimos a la oscuridad
de la noche, tan enorme que el mundo queda chico. Oímos
entonces el aullido demente de la tormenta o el tormento. Es
una fraternidad breve, que dura lo que tarda el cuerno de la
luna en convertirse en lluvia. El momento no continúa por
siempre: el ritmo se ha roto en algún instante, y es en vano
tratar de recuperarlo. Los hombres tristes nunca fuimos
felices.



EL HOMBRE MANCHADO

The Speed Man (1924)
Grant Wood


El hombre manchado está de espaldas.
El hombre manchado permanece de pie.
Al hombre manchado no se le ve la cara.
El hombre manchado tiene nalgas maduras
como duraznos.

La firmeza es la fuerza del hombre manchado.
Reside su mirada en el horizonte.

Se apoya en un cayado o alta vara
para alcanzar cuando quiera esa imagen
que escapa, ese recuerdo, las manchas de la tierra
en la que vive.

El hombre manchado tiene un paisaje
deshecho en cuadros frente a sí.
Es la división del espacio.



DE LA REVANCHA DE LOS OPRIMIDOS

Hotel en Río de Janeiro
Febrero de 2012


Algún día, en un futuro no muy distante,
las plantas y los árboles se vengarán.

Bajarán despacio desde lo alto de los morros
hasta llegar a las orillas del mar.

Arrancando de raíz sus raíces
todos estos edificios que robaron la tierra,

que taparon el verdor, que expropiaron la fe,
irán eliminando todo lo que fabricamos:
verjas, bancos, puertas giratorias, zapatos, cordones, veredas
casas, sillones, abanicos, macetas, boletos de viaje, diagramas
de vuelo celeste.

Triunfará el caos feliz.
No habrá más nostalgie de la boue
ni tours  por la favela.

Se mezclarán mar y selva. Todo 
comienza nuevamente.



NORMAS DE ETIQUETA


Se procede así: le envías un mensaje a una persona 
preguntándole si quiere ser tu amigo/a. Ese mensaje se
manda desde un lugar virtual que es tu dirección, con ayuda
de un teclado y una computadora; puede ser un e-mail o
"correo eléctronico", o una "solicitud de amistad". Podés
conocer a esa persona en persona o no. No importa.

Si te contesta, le enviás otro mensaje y le decís que lo/la
admirás: por su trabajo, por su belleza, por su obra, por su
carácter, por sus novelas, porque sí. A vuelta de correo,
él/ella  te responderá que te admira a vos. En una semana,
tenés 1573 amigos.

Hay varias "redes sociales", e-amail, Facebook 
("Libro de la Cara"),Twitter ("el gorjeador"), Whatsapp (Qué Aplipasa")
en los teléfonos celulares. Las listas de amistades pueden ser
exactamente iguales (es decir, se repiten) o similares o muy 
diferentes, porque podés clasificar a las gentes en diversos
grupos, como hacen los etnólogos, los entomólogos, o los
nazis.

Es muy fácil de usar: todo es "user- friendly", según indica la
expresión. Excepto para la gente vieja. Los viejos no sirven
para nada.

Todo está escrito en inglés: preguntas y respuestas, FAQ
(frequently asked questions), instrucciones, comandos, sin
signos de apertura para la interrogación y la exclamación, sin
tildes, sin la eñe. Todo en inglés. ¿Será que este idioma está
destinado a unir el mundo? ¿Cómo la koiné del mundo 
antiguo? ¿O dominar el mundo?

Si alguien no te dice que te admira, lo/la borrás de inmediato
de tus listas, porque eso es de maleducados. Te quedan
todavía 1572 amigos. Es fácil y agradable.


LA SOBREVIDA

No creí que fuera posible. Hay acontecimientos paralelos en
puntos ignorados del planeta. Cené en solitario, bajo la 
sombre de mi compañía perdida. Ya muchos han pasado por
esta circunstancia, a la luz de la sarcástica luna.
Comprendieron la enormidad de estar expuesto a la suerte.
Me acordé de Tennessee: "Cold withdrawal is no cure/ for
addiction grown so deep". Crece luz adentro del más ciego,
crece luna en el corazón más duro.


Fabián O. Iriarte, Sópola Temprar, Baltasara Editora, Rosario, 2017

Obra visual:  "Hoy" de Yuyo Noé


domingo, 27 de mayo de 2018

Lírica de percepciones






Un hombre percibe a través de sus 
pensamientos y de sus sensaciones, otro
a través de sus pensamientos y de sus
sentimientos, y así sucesivamente.
G.I.G.


RESPUESTA DE ORÁCULO


No hay sino
una acción,
                  que es todas, única y toda,
y de allí opciones, pocas.

No más que una
ansiedad genuina, inconsolable,
                   tu rostro probando
en las opciones, cuál
le servirá cuando intente
acabar con su clamor interno,
la confrontación, en vano postergada,
entre el yo y su ámbito.

Si actúa bien,
                     es que tu rostro se aligera
de lo que muestra de vagamente idealista,
de condicionado por lo que ya transcurrió,
pasó por él, muy atrás,
                       ¡la loca imposición
de lo que yo no le afecta
todavía valga!

Si actúa mal,
                  es que se identifica
con la inútil codicia de anhelar
sustraerse a su contorno, el mundo,
                  pero a la vez provocarlo,
seguir agregándole acontecimientos.

Si no actúa,
                sonreirá, sonrisa
como desde ningún sitio, inédita
                y dará a tu boca
el aspecto de la risa, rictus
que sólo pudiera provenir
del yo que titubea inseguro
de dónde está,
                      en una cárcel, en un trono.



POR LA VÍA NEGATIVA


Perseverar en lo equívoco,
                   sin someterlo
al examen de sí, no,
verdadero, falso,

sin aparente menoscabo
por sus disyuntivas, distancias
que provoca entre juicios y hechos,
                   el instinto de resistirnos
a impropiedades,
                  la inteligencia herida
por inéditas asociaciones,

sin figurárnoslo
en imagen, en la condición de objeto:
                        lo equívoco visto
como agujero al que se cae
inadvertidamente,
                        una criatura
con las de brillante verde
intenso al posársenos,
alas mohosas al sacudirnos;
sin que nuestra
menesterosa observación advierta
cuando abandona el campo, acallándose,
                       la instancia
en que de error pasa a ser tu antítesis.



ALFOMBRA COMO LÍRICA


I

Manadas de ciervos
en su rojo oscuro cálido
campo central,

              y peces, guijarros, flores,
peonias con cerrados
pétalos, estambres en punta;
              veinticinco rectángulos
trabajados en sedas.
trabajados en perlas,
trabajados en piedras.


II

Contentarnos
de como se nos entrega,
                      así debiéramos,
                          y pulsarla, gozarla,
deshilarla con el entendimiento absorto
en que cuervos son claves de larga vida,
y peces en pareja el emblema
de la dicha matrimonial,
                     y no cavilar, cavilar,
sobre que sí también alojara dragones,
blancos, de hielo, tierra,
sería lo que le pedimos:
                    talismán que por el piso
nos mueva a seguir el curso, regirlo
de las nubes, ríos,
                              neutralizar
del acre sabor nocturno esa
aprensión de los cielos
pudieran derrumbarse.


III

Uno querría,
                   y encontrarla, y pronunciarla,
saber de alguna sílaba, sonido
que acompañado de nuestros rezos,
especiales ejercicios del respirar,
provoque en el tejido arcanas resonancias,
improvisto acceso a cuanto permanece oculto,
instantáneos dragones.




Alberto Girri, Lírica de Percepciones, Editorial Sudamericana, Buenos Aires, 1983.


Obra visual: Ernesto Neto

                 

viernes, 20 de abril de 2018

ANTOLOGÍA POÉTICA




Navidad del almendro

Cuando la nieve caiga del trapecio,
nacerá el almendro.
Porque el rocío golpeará a su dueño,
nacerá el almendro. 
Porque tú rectificas la ceniza del cielo,
nacerá el almendro.
Si el tesoro está abierto
en las frías ciudades de tu cuerpo,
oh mi Rey, nacerá el almendro.
Aunque no asista el invitado al sueño,
ni se duda, se vive del dulce valimiento
de que siempre nacerá el almendro.
La madre pone al niño por ejemplo
de aforismo severo
que nacerá la copa del almendro.
La espuma no se come su alimento,
ni el rubí, ni la flor de los deshielos,
y lo amparan el llanto navideño
y el Ángel del Tambor de Donatello.
Tú conmigo lo juras a la luz de un recuerdo:
que nacerá de carne de aureola de sediento,
de blanco cementerio,
que nacerá en perfume de cariñoso duelo,
que nacerá el almendro.



OTRO

Nunca estoy conmigo. Otro.

El otro, por dentro, afuera,
entre, despertando olvido.

Voy y vengo, descompuesto,
juguete de imán profundo, niño.

Otro. Nunca estamos juntos.



MÁS PENURIA

  La tarde callada y verdadera.

  La casa del pobre (jardinillo, carbón, algo rojo en su
niebla) y la mujer ósea y ronca que nos recibe. Llueve.

  ¿De qué hablamos? Revisa tus olvidos, tus papeles. Ah!
la grande conversación inesperada en esa herrería, en esa
deslumbrante sala, en ese mundo.

   Descubrimiento de otras leyes, recepción de otros
Nombres.

   Una sagacidad botánica se extiende por el aire; los
caballos, las vacas, la iglesia: -nítidos!

Hemos tocado un manto.



SONATA

  Si por algún tiempo nuestra atención oscurece, de pron-
to, la suave oleada del Adagio estalla en la ardiente costa,
fragmentaria y nocturna, del Allegro. La coherencia inte-
rior se rompe, aparecer un sorprendente mito. Así también
algunas reuniones se me inundan de color violeta o majes-
tad carbonífera en un instante impasible - y me parece que
descubro entonces el texto perdido y mutilado de una
música fabulosa.



LA BATALLA


La batalla honda y angustiosa
entre lo izquierdo y lo derecho
¿no acabará nunca?
¿Me estaré siempre dividido
entre los infiernos suaves y los atroces paraísos
y las acciones rápidas como rayos
o lentísimas como descomunales nuves
que se disputan el tesoro?
A cada instante hay un espía izquierdo,
un avance enmascarado del ejército derecho,
a cada instante oigo que me roban
una cantidad indefinible de sustancia,
una noche única, un heroísmo, un crimen
o jirones de esa niebla que me separa del tesoro.
¿En cuál puño, en cuál de los dos mundos prenatales
estará la piedrecilla oscura,
dulcísima, cerrada, como un premio inútil?
Y si yo la tengo y sé que está en mi puño izquierdo
¿qué otra piedrecilla más ardiente siento
que me roza y me desgarra la derecha?
¿En dónde la piedrecilla como un astro inalcanzable?
San Pedro me la dio, San Pedro me la quitó,
la imposible posesión huye volando entre los juegos
como la luz, como el brillo encendido de los ojos.
Y la búsqueda del tesoro,
porque no tiene que haber uno en el inmenso parque
suma de lo posible y lo imposible, del azar y del destino,
¿no acabará nunca?
¿Siempre ha de haber un vacío izquierdo y un vacío
      derecho,
cada uno con sus pesos inauditos, con sus ráfagas,
      colores y discursos?
¿Siempre ha de haber una batalla del oído y la mirada,
      del umbral y del centro de la casa,
una apuesta de lo seco y de lo húmedo
que es preciso resolver para ganar la vida?



EL ESCORIAL

La cotidianidad del mundo
alumbra su pasión desconocida
cuando entramos a la sombra de esa mole,
tan pesada en los huesos que es preciso
toda la soledad de la materia
para existir sin las palabras en su luz,
abstracta como el ser
y dorada como el valle de los chopos.
Parece sin embargo que no entramos
sino a las apariencias de un edificio extinto,
o será que no podemos concebir,
como un deseo simultáneamente
representando y vivo,
la noche de la voluntad absorta
en el sol de la geometría
y de la pesadumbre que se congela en bruto.
De espaldas a nosotros y al estío
abriendo su castillo en la mudanza,
nos oímos andar por esas naves
como un recuerdo finamente calculado.
El yo que te impulsaba te rodea
incapaz de acercarse hasta el aliento
conjetural y dulce del fantasma,
y a la vez se incorpora ineluctable
la claridad del cuerpo
haciendo su trabajo entre volúmenes
ascéticos, gloriosos, necesarios.
Andar adquiere calidad del templo.
Seguimos fieles el dibujo
de la plegaria que se mueve inmóvil.
Porque moverse aquí no es ir de un sitio
a otro que lo niega o lo redime.
Nuestros pasos extraen de la vida
y de los muros que nos llevan despojados
una sustancia como el mar,
o como el fuego en sus fijadas estructuras,
cuando abre la llama como el verbo
la significación del nombre que dormía.
El acto evoca su alborada
y estrechamente unido con su propio sacrificio
se adelanta a ceñir la paz unánime
del patio de los reyes al olvido,
del monástico arco a las ventanas
cerrando la blancura del minuto.

Ese minuto dura en el espacio,
y así como el sentido
pasa de una palabra a otra en el discurso,
cada golpe del corazón del aire
feroz de lucidez, levanta esbelta
la durísima flor enajenada.
Pero no es la memoria el incesante mago
mostrándonos ahora la blancura
trágicamente inmóvil en el viento,
contra el verdor profundo
en que la sequedad se hace violeta,
sino el adiós continuo
de la imaginación quemándonos
en una sola hoguera fija,
como un solo Escorial de las imágenes
contra la escoria inmensa del futuro.

Desde los roquedales
Felipe contemplaba el crecimiento inverosímil,
como un ajeno desvarío
de la forma en espejos detenida.
Nos asomamos siempre a los balcones
de nuestra soledad como los niños
para ver el abismo de los ojos,
la santa perspectiva, los colores
recogidos en vaso misterioso.
Sombrío preguntaba, y ese gesto
de su interrogación está en las peñas
bajo el cenit atroz como la nada,
cuál es la libertad del hombre.
Porque elegir nos deja más sedientos,
y no nos basta poseer la forma
de un reino, de una tumba, de un destino
que están golpeando siempre en otra puerta,
y detrás escuchamos el oceáno
de nuestra libertad salvaje y pura.

Porque nunca nos basta la elección,
ni la mirada, ni la fe,
y nuestra libertad es ofrecernos,
mas cómo atravesar el laberinto
de espejos en la pesadilla
fanática del yo que es uno y nadie.
La belleza del viento sustentando
adentro de su soplo una avidez
cerrada como un árbol, de la luz
que da a la descarnada cantería
real e imaginaria
la casta decisión de su figura,
participa del júbilo del hombre
que entregado se inclina.
Más como merecer ese milagro en la connciencia
señora hasta el infierno de sí misma.

Por eso el Escorial es tuyo,
y es mío, y es de todos, y es de nadie,
porque todos lo estamos manteniendo
en una sola noche blanca,
monumento del no, palacio
nupcial del imposible.
Y haberlo visto ahora nos parece
una experiencia que no acaba,
como si algo en este mundo fuera todo
lo que tenemos que traspasar dormido
para salir a la graciosa cetrería
de nuestra posesión, a la intemperie
de los astros y del alma.

(Conjeturas, 1951)



HAY UNA GOTA EN EL MAR

Hay una gota en el mar
que es la que está sustentando
su masa verde y amarga,
la opulencia de su llanto.

En el fuego hay una chispa
que es la que está alimentando
como la envidia de un oro
en otra parte llameando.

Hay un soplo entre los aires,
en la levadura un grano,
tiembla en el todo una nada
que es lo que estoy deseando.



QUEMA, HIENDE, ROMPE


Quema, hiende, rompe, la
ciudad humana,
y dibuja en lo invisible
formas extrañas.

Aquí levanta una giba
hecha de alma
sumerge allí una caverna
en la mirada.

La comisura mastica
su yerba amarga;
la mano ayer dulce copo,
hoy fea garra.

Un hombro como un abismo
callado baja,
y hasta la ropa inocente
va condenada.

Salvaje erosión de oscura
piedra humanada,
y por adentro pasando
las hieles bárbaras.

Se nos va hinchando la vida,
deforma su ala,
para acabar sepultando
monstruos de nada.



LA MARIPOSA AMARILLA

Sobre todos los muertos vuela
la mariposa amarilla.

La he visto en mi jardín,
y no era la luz sino el llanto
lo que nublaba mis ojos

La he visto en el rosal,
y las ciudades en ruinas
humeaban bajo el sol.

Quise, entonces, besar tu rostro, y vi
la mariposa amarilla.

12 de agosto de 1962




ALIVIO

El frescor nocturno
las estrellas altas,
los árboles inmóviles,
la luz del alma,
ardiendo sin palabras.

Miro a las nubes y pienso:
hay otro lenguaje.

Las palabras hablan
con nuestras bocas.
Se alimentan de nosotros.
Nos sepultan, prosiguen.

Las palabras toscas, ilustres,
que tan enormemente han servido.

No pienso en nada y pienso
(mirando a las nubes):
hay otro lenguaje.


26 de septiembre de 1963




SEXTO EPITALAMIO


Veo
los espacios vacíos 
de este mundo,
lo que hay
entre árbol y árbol,
cristalino,
entre el cielo y el mar,
lo que rodea y separa
a cada cosa
y las une:
los blancos
vivos 
de la página
-con qué reverencia!



ESCASEZ


Lo que no hay
primero brilla como una estrella altiva,
después se va apagando
en el espacio vacío, consolador y puro
de lo que hay

Amanece.

La ciudad está llena de su carencia
como de una luz
distinta


9 de julio de 1967



ESTAMOS


Estás
haciendo
cosas:
música,
chirimbolos de repuesto,
libros,
hospitales,
pan,
días llenos de propósitos,
flotas,
vida,
con tan pocos materiales.

A veces 
se diría
que no puedes llegar hasta mañana,
y de pronto
uno pregunta y sí,
hay cine,
apagones,
lámparas que resucitan,
calle mojada por la maravilla,
ojo de alba,
Juan
y cielo de regreso

Hay cielo hacia adelante.

Todo va saliendo más o menos
bien o mal, o peor,
pero se llena el hueco,
se salta
sigues
estás haciendo
un esfuerzo conmovedor en tu pobreza,
pueblo mío, 
y hasta horribles carnavales, y hasta
feas vidrieras, y hasta
luna.

Repiten los programas,
no hay perfumes
(adoro esa repetición, ese perfume):
no hay, no hay, pero resulta que
hay.

Estás, quiero decir,
estamos.

(8 de octubre de 1967)






PIEDRA DE RAYOS


¿Existe una praxis última de la
poesía donde el hecho es imagen
y el progreso científico-económico
suficiente hermosura?


Eso pensé, sacándole el último juego
a la piedra de rayos de Rimbaud.

Ahora vuelvo a pensarlo,
mas no desde la noche de la imagen
sino, precisamente, desde el sol de los hechos.

Ese sol da en el mar que parece
una tierra alucinada.
La tarde, con sol azafrán, es un hecho.

Este mundo ¿será, ya, el otro?





DOBLE HERIDA


Este ir de la vida a la escritura
y volver de la letra a tanta vida,
ha sido larga, redoblada herida
que se ha tragado el tiempo en su abertura.

Abierto como res por la lectura,
le entregué las entrañas, y la vida,
queriendo rehacerlas, conmovida,
en ellas imprimió su quemadura.

Doble traición, porque la una resta
lo que la otra necesita entero:
el ser de carne y sueño, la respuesta

que deje al fin saciado al heredero
de tanta boda rota y tanta fiesta
partida por cuchillo doble y fiero.



DEMOLICIÓN


Al fin se consumó, después
de tantas perfecciones tan equívocas,
de tanta precaución y cálculo, probando
que nada fuera inútil, ni lo nimio,
ni los más delicados pulimentos:
al fin se consumó lo improyectado
por la mano, al revés de la materia.

La mano reconoce que otra mano
más poderosa hay en la materia,
otro proyecto inverso, otras escultura,
abierta al desgarrón que nos genera, 
el ojo reventado de la forma,
el descoyuntamiento crucifixo,
el boquete sediento de la luz
manando los destrozos
de una extraña alegría.


Cintio Vitier, Antología Poética, Editorial Letras Cubanas, Madrid, 1994.

Obra visual: M.C Escher





Superpoderes






Formación

En la semana 24 de gestación
se forman las papilas gustativas
una especie de capullo violáceo y carnoso
que clasifica lo dulce sin rodeos
de un latigazo sanguinoliento

Hay algo que después será una lengua
viva entre cavidades
apurada por asimilar o descartar
un tono propio

¿cómo se forma el gusto
sin ojos que ven
sin boca que dice y escucha
en el eco
de bocas ajenas?

¿Cómo pueden, quién puede
saber cómo se forma el gusto?

Globulitos violetas que en estos días
surgen de la nada en su cuerpo que a su vez
brota en el mío,
denle una voz propia que pueda llevar por la vida
por favor
denle un tono
un matiz


Hechos reales

Llevo una semana atrapada en la tela
de una novela de 600 páginas
que leo compulsivamente en cualquier parte:
en el subte, en el colectivo
mientras me muevo sobre todo

me paso de las paradas, me sobresalto
especulo con robarle minutos al trabajo
para avanzar dos o tres párrafos
en mi doméstica carrera contra el tiempo

Ah pero a la noche
esperanzada me la llevo a la cama
prendo la luz de la mesita
ansiosa por saber qué va a pasar

y me quedo dormida
después de 10 a 15 líneas
para soñar con el protagonista


Coreografía

Ocho mesas tiene el bar
seis ocupadas
dos vacías
me siento en la séptima
que elijo por ser de las dos restantes
la única que mira a la calle
somos ahora siete mujeres
una en cada mesa
cuatro a la calle, tres
a la nada
dos leen el diario
una un libro
otra está con un bebé en un cochecito
me sorprendo de no ser yo la del bebé
todas mayores de cincuenta
menos yo y la del bebé
no tengo qué leer ni qué escribir
no planeaba venir
anoto esto en la parte de atrás
de la cartilla médica de la prepaga
la puerta se abre, dejando entrar algo del ruido de la calle,
entra la octava


Los modos

Son modos: mi madre, por ejemplo,
va destendiendo la ropa
poco a poco
según se sequen, a su turno,
una y otra prenda;
con un tacto veloz
detecta la humedad
de los bordes de las telas
que el sol menos tocó

aunque no haya amenaza de tormenta
ni haga falta el espacio
para colgar más prendas
ella lo hace así -son modos-
yendo y viniendo

en sus intercaladas excursiones
desde y hacia el patio
a la ida, con brazos sueltos
a la vuelta, a manos llenas
danza sus días y las partes
de sus días en un pengrama
salpicado de blancos

mientras sin querer y sin saberlo
va burlando la inquietud
que murmuro en silencio,
son modos donde yo desespero
ella pasea


Gravedad

Yo en la cocina muevo cosas
M en su pieza con sus ninjas
B en el living flota en ese silencio texturado
que casi parece oírse
cuando se pone a dibujar,
vos en la compu protegido
Somos cuatro galaxias navegando
dentro de la casa
cuatro galaxias despegadas
de sus respectivas materias estelares.
Los hilos invisibles que nos conectan
son fuertes y flexibles
pueden tomar formas insospechadas.
La casa cambia de rol una vez más
y de nave nodriza pasa a ser, con su voz
de experiencia,
la que cuenta los cuentos


Paisaje artificial

Nuestra ropa se apila y arma un paisaje,
desaloja los cuerpos,
los vestidos forman accidentes geográficos
en miniatura

vos en tu faceta de explorador
tal vez puedas extraer algún mineral útil
de esa roca surgida
entre estampados y costuras
o definir flora y fauna
de la bahía redonda de elastano y modal

pero sigue creciendo como un bosque
atento sólo a sí mismo
no acata las podas que les imponemos
ni registra el cambio de temporada

mundo de barro, de aguas y de sal
atraviesa los cuartos sin distinguir
las fronteras de nuestro recinto

las arenas movedizas de tela
fueron dejando a mi cuerpo
titilando de frío,
no hay textura que aguante
semejante tormenta

todo se sumerge menos yo

remeras y pantalones
avanzan por la casa como lava,
entonces parece que no puede haber paisaje
sin mirada


Florencia Fragasso, Superpoderes, Editorial El ojo de mármol, Buenos Aires, 2015.

Obra visual: Fernando Biderbost





domingo, 15 de abril de 2018

No palabras





No palabras

No palabras
que se demandan en cantidad masiva,
sino las que han sido cauterizadas, aplastadas,
las que faltan como granos
de uvas prematuramente picoteadas
sin ser notados.

Ni gestos
que de sacerdotes
copian sus creyentes,
sino los que para sobrevivir
el cuerpo aprende con dificultad
y que no pueden traspasarse a otro cuerpo.

Ni el olor
del incienso o de la nostalgia florecida
que nos adormece o acuna con indiferencia sedosa,
sino el que despierta, aquel que
inesperadamente penetra en las aberturas corporales,
despertando todos los sentidos.

Ni la poesía
que se desliza por la plataforma helada de la historia
literaria,
sino aquella, cuyo atrevido olor
es capaz de mover
el eje de gestos y palabras.



La sequía

Después de mucho tiempo
descubro la voz que tal vez
merecería la pena seguir.

Pero es tan débil
en los bordes
que la mayoría de las veces no se oye
más que un mecanismo de su garganta.

Tan sólo la forma
sin contenido fuerte y ardiente
será apropiada y sometida
con facilidad.
Siento que
los acontecimientos sean
tan previsibles.

Por la noche sueño
que durante 1500 m nado a crol
por las piedras, pues hay
una sequía muy grande.



Sobre la vida de una orden de pago

Nací en la impresora de una
charlatana en una oficina pública
me llamaron CÓDIGO DE REFERENCIA 1210206,
e incluyeron en la carpeta ATRE*.

Mi odisea empezó
en una pequeña oficina de correo en Liubliana
y terminó en el buzón
de una calle liublianense.

Al principio yacía sola
en el crepúsculo de una caja metálica que
a través de los tragaluces del techo dejaba traspasar
algunos acariciadores rayos de luz.
Después, llegó la compañía. Me sentía
especialmente cercana a la carta que
tenía un sello con una gata blanca.

Los días de vacaciones del frescor agradable
del buzón, hasta que volvieran
sus dueños, fueron los días
más bellos de mi vida.

Luego fui a parar en manos de alguien que
con un solo gesto abrió el cierre
de mi manta y me desnudó.
Así yací algunos días desnuda
en la mesa de la cocina de un
húmedo piso sin calefacción
donde me resfrié y todo mi cuerpo
se arrugó desagradablemente.

A partir de entonces, todo fue de mal en peor.
Lo que siguió fue la vivisección:
en el correo, la empleada de repente
me amputó la parte derecha del cuerpo. Fue muy duro.
Morí en el camino hacia casa.

Ahora vivo mi vida póstuma
enterrada en una caja en el polvoriento
ático de un piso de Koper.

________________

*ATRE - abreviatura de Agencia Tributaria de la República de Eslovenia (nota de la traductora).



La sequía

Después de mucho tiempo
descubro la voz que tal vez
merecería la pena seguir.

Pero es tan débil
en los bordes
que la mayoría de las veces no se oye
más que un mecanismo de su garganta.

Tan sólo la forma
sin contenido fuerte y ardiente
será apropiada y sometida
con facilidad
Siento que
los acontecimientos sean
tan previsibles.

Por la noche sueño
que durante 1500 m nado a crol
por las piedras, pues hay
una sequía muy grande.



El naranjo

El naranjo en el huerto
sostiene menudos frutos verdes
Tan solo ayer olían a
flores blancas, y hoy
tienen aspecto de
verdes abejorros impregnados
con la mano alzada y el pequeño
puño apretado.

Entre ayer y hoy,
entre el florecimiento y
la formación del cuerpo
se halla la diferencia
que es el amor de la poesía.


Una hilera de ocas

Las palabras dentro de la cabeza son distintas
de las palabras en la boca y
las palabras en la boca son distintas
de las palabras dentro de las orejas.

Las palabras dentro de la cabeza
Actúan en silencio,
son intocables y están intactas,
sin forma surgen y desaparecen.
Su reino no es el del
todo la cabeza en la que
han aparecido.

Las palabras dentro de la boca
se hallan en vía hacia el sonido y la forma;
son como una caballería glotal en ataque
que por pataleo rebota en la cabeza.
Pero en el último momento
vuelven a distribuirse y
salen hacia fuera como ocas.

Las palabras dentro de las orejas son
un pico agradable - más bien vibración que sonido,
más bien ritmo que significado
(o bien el ritmo y el significado se separan por un momento
para volver a conectarse de manera distinta)
Su objetivo único es
fecundar las palabras en la cabeza
y meterlas en la boca.

Y así nace el pensamiento.
Y así nace el diálogo
Y así nace el poema.


El puerto de Koper

He visto a las obreras despedidas de la fábrica de textiles
exhaustas, exprimidas como limones,
he visto a los trabajadores del puerto delante de la fábrica
colgándoles los brazos como ramas secas
a lado de compungidos troncos corporales
En sus rostros, el rechazo y la desesperación,
la ira, el justo en enfado.


Hoy no habrá cena
ni tampoco mañana desayuno,
y prepararemos el almuerzo de
los restos de la cena y del desayuno.

Una niña de cinco años,
hija del trabajador portuario
dijo que su cumpleaños es
el cinco de desmayo,
sonriéndome.

En mi cabeza
los pensamientos desesperados
rebotan en mis oídos como
truenos de caños en la frente.

Cómo equilibrar
la marea cruel e imprevisible
de la vida en el capitalismo salvaje.

La luna, un cuerpo
celeste inorgánico,
es un juez más justo
que los empleados.

Su marea baja
es previsible.

Lo imposible persiste,
dice Vasko Popa,
y también el bien
armado no deja de perseverar.



El amor es otra nacionalidad


Nos encontramos de repente
como dos intervalos de tiempo que
chocan y atraviesan el uno al otro.

Compartimos todos los momentos que
en otros tiempos y experiencias
quedarían fuera del campo de percepción.

De la gramática nacional que conoce el dual
sin conocer el amor que se origina en dos,
escogimos los verbos de movimiento y la abandonamos.

Nos convertimos en países más allá de las fronteras
que posibilitan uno al otro,
se apoyan y acompañan.

La complementariedad nos ha implantado
directamente en el presente, y entonces lo hemos comprendido:
somos dos salvoconductos de refugiados, no necesitamos visados
el amor es nuestra incomprensible
otra nacionalidad.


Taja Kramberger, No palabras, Ediciones Gog y Magog, Buenos Aires, 2013.
(Traducción: Barbara Pregelj en colaboración con Gemma Santiago Alonso)


Obra visual: Marc Chagall.