domingo, 27 de mayo de 2018

Lírica de percepciones






Un hombre percibe a través de sus 
pensamientos y de sus sensaciones, otro
a través de sus pensamientos y de sus
sentimientos, y así sucesivamente.
G.I.G.


RESPUESTA DE ORÁCULO


No hay sino
una acción,
                  que es todas, única y toda,
y de allí opciones, pocas.

No más que una
ansiedad genuina, inconsolable,
                   tu rostro probando
en las opciones, cuál
le servirá cuando intente
acabar con su clamor interno,
la confrontación, en vano postergada,
entre el yo y su ámbito.

Si actúa bien,
                     es que tu rostro se aligera
de lo que muestra de vagamente idealista,
de condicionado por lo que ya transcurrió,
pasó por él, muy atrás,
                       ¡la loca imposición
de lo que yo no le afecta
todavía valga!

Si actúa mal,
                  es que se identifica
con la inútil codicia de anhelar
sustraerse a su contorno, el mundo,
                  pero a la vez provocarlo,
seguir agregándole acontecimientos.

Si no actúa,
                sonreirá, sonrisa
como desde ningún sitio, inédita
                y dará a tu boca
el aspecto de la risa, rictus
que sólo pudiera provenir
del yo que titubea inseguro
de dónde está,
                      en una cárcel, en un trono.



POR LA VÍA NEGATIVA


Perseverar en lo equívoco,
                   sin someterlo
al examen de sí, no,
verdadero, falso,

sin aparente menoscabo
por sus disyuntivas, distancias
que provoca entre juicios y hechos,
                   el instinto de resistirnos
a impropiedades,
                  la inteligencia herida
por inéditas asociaciones,

sin figurárnoslo
en imagen, en la condición de objeto:
                        lo equívoco visto
como agujero al que se cae
inadvertidamente,
                        una criatura
con las de brillante verde
intenso al posársenos,
alas mohosas al sacudirnos;
sin que nuestra
menesterosa observación advierta
cuando abandona el campo, acallándose,
                       la instancia
en que de error pasa a ser tu antítesis.



ALFOMBRA COMO LÍRICA


I

Manadas de ciervos
en su rojo oscuro cálido
campo central,

              y peces, guijarros, flores,
peonias con cerrados
pétalos, estambres en punta;
              veinticinco rectángulos
trabajados en sedas.
trabajados en perlas,
trabajados en piedras.


II

Contentarnos
de como se nos entrega,
                      así debiéramos,
                          y pulsarla, gozarla,
deshilarla con el entendimiento absorto
en que cuervos son claves de larga vida,
y peces en pareja el emblema
de la dicha matrimonial,
                     y no cavilar, cavilar,
sobre que sí también alojara dragones,
blancos, de hielo, tierra,
sería lo que le pedimos:
                    talismán que por el piso
nos mueva a seguir el curso, regirlo
de las nubes, ríos,
                              neutralizar
del acre sabor nocturno esa
aprensión de los cielos
pudieran derrumbarse.


III

Uno querría,
                   y encontrarla, y pronunciarla,
saber de alguna sílaba, sonido
que acompañado de nuestros rezos,
especiales ejercicios del respirar,
provoque en el tejido arcanas resonancias,
improvisto acceso a cuanto permanece oculto,
instantáneos dragones.




Alberto Girri, Lírica de Percepciones, Editorial Sudamericana, Buenos Aires, 1983.


Obra visual: Ernesto Neto

                 

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